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MEDIOS PÚBLICOS: CONTRALORÍAS CIUDADANAS (3)

Radioclip en texto sin audio grabado.

¿Qué mejor espacio para que los mandantes pidan cuentas y los mandatarios se las rindan?

Reviza medios públicos 2

Han sido los zapatistas quienes mejor definieron la democracia: “mandar obedeciendo”. Rescatando el concepto de las culturas mayas, el “mandar obedeciendo” puede parecer una utopía política en este mundo occidental. Para un monarca resultaría absurdo. Para un caudillo, igual. Para presidentes y autoridades, a quienes se les suben con demasiada rapidez los vapores del poder, la consigna del EZLN suena al pío-pío de los pollitos. Esta resume, sin embargo, el meollo mismo de la democracia. Y nos permite proponer la segunda gran misión de un medio de comunicación público.

La pregunta básica es: ¿de dónde nace el poder, quién es el soberano y quiénes son los súbditos? Desde los griegos, la democracia se ha definido como el poder del pueblo. En el pueblo, y no en los reyes ni en los papas ni en los presidentes, radica la soberanía.

De lo dicho surgen algunas conclusiones decisivas para la vida social (y para la programación radiofónica). Si la soberanía está en la gente, si el poder supremo es patrimonio de la comunidad política, los demás poderes son delegados, dados en préstamo por los individuos e individuas que forman dicha comunidad.

La soberanía no se hereda, se nace con ella. Todos los seres humanos nacen con la misma titularidad. Y todas las “autoridades” son, en consecuencia, cargos representativos que se deben a la ciudadanía que las eligió. Todas las autoridades son “ministeriales”, es decir, servicios que esas personas prestan a la comunidad política. En su calidad de ministros y ministras, de servidoras y servidores públicos, tienen que rendir cuentas de lo que hacen o dejan de hacer. Tienen que informar sobre el mejor o peor desempeño del mandato que recibieron. Su poder está dado en calidad de préstamo.

Aquí entran en juego los medios públicos. ¿Qué mejor espacio para que los mandantes pidan cuentas y los mandatarios se las rindan, para que los servidores públicos demuestren que mandan obedeciendo? Los medios públicos tienen vocación de contralorías ciudadanas. Una vocación, como se ve, altamente política.

¿Y a través de qué formatos se hace esta contraloría? Por ejemplo, ruedas de prensa sin prensa. Es decir, siempre que asistimos a una rueda de prensa encontramos al político entrevistado y a una ronda de periodistas pidiendo la palabra. ¿Y si en vez de periodistas invitáramos a ciudadanos y ciudadanas para cuestionar a sus autoridades? Estas ruedas de prensa se pueden hacer en la emisora, con público presencial y con llamadas telefónicas. Pero también podemos llevar la radio al barrio, a la comunidad, a un parque, y realizar ahí el diálogo entre el pueblo y sus representantes. También podemos especializar estas rendiciones de cuentas y tratar hoy sobre los problemas del tránsito. Y mañana sobre el seguro social universal. Y pasado sobre la calidad de enseñanza que están brindando los maestros y maestras.

También las autoridades pueden y deben compartir la planificación de su gestión con la ciudadanía. ¿Cuáles son las obras prioritarias para este período? ¿Qué temas incluirían en la agenda del municipio? ¿Cómo optimizar el presupuesto? Si ustedes fueran alcaldes, ¿qué iniciativas económicas y sociales emprenderían? Todo este intercambio de planificación ciudadana dinamizaría la programación de la radio y la administración local, regional y hasta nacional.

Recibimos hace poco una postal zapatista con esta frase sorprendente y provocadora: “Detrás de nosotros, estamos ustedes”. El juego de palabras es un desafío político. Los sujetos se trastocan, los protagonismos se invierten. Esa sí sería una forma revolucionaria de hacer política y de hacer radio: “que delante de ustedes y de sus poderes delegados, están nosotros”.

Revisa Medios públicos 4