LOS PROFESIONALES (10)
¿Cómo llegar a ser excelentes entrevistadores y entrevistadoras?
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Hemos repasado nueve tipos de entrevistadores y entrevistadoras que tienen todavía mucho que aprender en esta profesión. Hemos visto a los estrellas, las nerviosas, los sordos, los cultos, los manipuladores, los metralletas, las despelotadas, los bobos, las enredadas… Es hora de preguntarnos quiénes son los verdaderos profesionales y cómo se hacen buenas entrevistas.
Comencemos diciendo que una entrevista es un diálogo basado en preguntas y respuestas. Como diálogo que es, la mayoría de las pautas que sirven para hacer fluida y amena una plática en la vida cotidiana, valen también a la hora de realizar una entrevista.
Pero la entrevista no es un diálogo así nomás. Implica un desequilibrio interno, exige que uno sea quien pregunte y otro quien responda. Esta relación entre quien entrevista y quien es entrevistado no se invierte en ningún momento. Si así fuera, si el entrevistador diera su opinión o comenzara a responder preguntas del entrevistado, cambiaríamos de formato, pasaríamos quizás a un debate o a una tertulia. Esta distinción de funciones es fundamental para lograr una buena entrevista y pone en su puesto al entrevistador que quiera lucirse. Aquí, el protagonista es la persona entrevistada.
Un diálogo con preguntas y respuestas. Parecería fácil entrevistar. Y sin embargo, no lo es. Estamos ante uno de los formatos que requieren de más experiencia para lograr dominarlo. Con sabia picardía contestaba el periodista chileno Jorge Timossi a sus estudiantes cuando éstos le preguntaban cómo hacer buenas entrevistas: Hacer antes muchas entrevistas malas.
PROFE Porque sería peligroso proponer “un modelo” del perfecto entrevistador.
JOVEN ¿Por qué, profe?
PROFE Primero, porque esa perfección no existe. Y segundo, porque el mejor modelo para ti eres tú mismo.
JOVEN Al menos, unas pistas…
PROFE ¿Quieres conocer algunos tips para hacer buenas entrevistas? Consulta nuestros anteriores radioclips:
La conclusión de lo dicho es que tenemos que practicar mucho y evaluar lo practicado, que es lo que se suele llamar “experiencia”.
Y nuestra profesionalidad como periodistas no la conseguiremos con un título universitario (estupendo quien pueda obtenerlo), sino con una sólida experiencia.
Una última palabra. Dijimos que entrevistar es dialogar, intercambiar palabras, interesarse en la opinión del otro. Buen entrevistador resulta sinónimo de buen comunicador, aquél y aquélla que saben hablar bien y escuchar mejor.
Y de eso se trata. De escuchar a la gente, de facilitar el ejercicio universal de la libertad de expresión, de contribuir a que el pueblo recupere la palabra pública que le fue robada hace mucho tiempo. Haciendo buenas entrevistas, devolviendo esa palabra, estaremos construyendo ciudadanía. Y esa es la misión de una radio con responsabilidad social.
Serie completa:
Manual Urgente para Radialistas Apasionados, capítulo 7, Quito 1996.